Algunas veces cuando te levantas de la cama tienes algunos pensamientos buenos y/o malos…
Algunas veces cuando te levantas de la cama piensas que “hoy sucederán cosas importantes” pero nunca sabes si serán buenas, malas o regulares, hasta que lo descubras.
Algunas veces cuando te levantas de la cama piensas que “hoy será un día tranquilo” pero nunca sabes si serán medio tranquilos o relajados, hasta que lo descubras.
Algunas veces cuando te levantas de la cama piensas que “hoy será un día de mierda” y siempre sabes que será un día de mierda…
Son esos momentos y pensamientos que no te dejan ver, que no sabes por dónde ir porque no ves ningún camino. Lo malo es que no te deja ver más allá de un paso, aunque sea luz lo que tienes al alcance de tu mano…
Oscuridad, el latir de tu corazón grita en medio de la habitación y además podría pararse en ese mismo momento y entonces pasaría a ser silencio. Silencio total, silencio perfecto.
Cuántas cosas cambiarían entre un “si” y un “no”… tantas que pueden cambiar un minuto, una hora, un día… una vida… un pensamiento. Piénsalo. Tu último año de carrera, y en todas esas cosas “importantes” cámbiales la respuesta de un “si” a un “no”…
¿Cuántas cosas cambiarían en tu vida? ¿tendrías una casa? ¿tendrías trabajo?
¿trabajarías en el mismo sitio que ahora? ¿tendrías coche?
¿tendrías novio? ¿novia? ¿y madre? ¿y padre?…
Todo en un segundo puede cambiar…
Muchas veces esperas una respuesta, pero no siempre tiene que ser la que tú esperabas. O una forma de actuar y que tampoco sea lo que esperabas. O un pensamiento que nunca llegará.
Cada persona, cada momento, cada pensamiento, cada segundo, cada minuto, cada hora… puede cambiar por una respuesta, ¿y eso es malo?